Ha pasado casi un año desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania. Como representantes de Alcaldes por la Paz, expresamos nuestra honda preocupación por el inconmensurable sufrimiento que esta guerra prolongada sigue acarreando a ciudadanos inocentes, y ofrecemos nuestras más sinceras condolencias a todas las víctimas de esta guerra.

Las repetidas amenazas de Rusia de utilizar armas nucleares, que comenzaron inmediatamente después de la invasión, provocaron escalofríos en todo el mundo y la gente tuvo que enfrentarse a una dura verdad: la inminente probabilidad de una guerra nuclear. Sin embargo, como respuesta, la peligrosa teoría de la disuasión nuclear, que intenta justificar la existencia de tales armas, no ha hecho más que ganar impulso. Este año, el Reloj del Juicio Final se ha puesto a 90 segundos de la medianoche. Es lo más cerca que el reloj ha estado nunca de una posible aniquilación humana, lo que pone de relieve el peligro global sin precedentes al que nos enfrentamos ahora.

Hace 78 años, se utilizaron armas nucleares para atacar Hiroshima y Nagasaki en un conflicto bélico, segando sin piedad más de 210.000 preciosas vidas a finales de ese año. Los que lograron sobrevivir a duras penas quedaron con profundas heridas psicológicas y físicas que aún no han cicatrizado. Los hibakusha siguen sufriendo hasta el día de hoy, especialmente por los efectos nocivos de la radiación. Si se utilizara otra arma nuclear aunque sólo fuera una vez, las ciudades y sus ciudadanos serían objeto de una destrucción indiscriminada, y todos los seres vivos de la Tierra sufrirían sus catastróficas consecuencias.

Esta maldad absoluta y esta violación inaceptable de la dignidad humana no deben repetirse nunca jamás. El riesgo de crear otras Hiroshima y Nagasaki se cierne sobre nosotros. Nosotros, representantes de Alcaldes por la Paz, una red compuesta por alcaldes de gobiernos locales, la presencia más inmediata para los ciudadanos, y de las ciudades bombardeadas atómicamente, alzamos enérgicamente nuestras voces de protesta para afirmar:

Las armas nucleares no deben utilizarse nunca.

La única garantía para proteger a la humanidad y al planeta de la amenaza de las armas nucleares es su total eliminación.

Nos solidarizamos para evitar que la situación actual se convierta en una guerra nuclear y exigimos que se ponga fin rápidamente a esta guerra agonizante construyendo la confianza mutua a través del diálogo. Alcaldes por la Paz no escatimará esfuerzos para trabajar con nuestras más de 8.200 ciudades miembros y sus ciudadanos en 166 países y regiones de todo el mundo para apoyar las valientes acciones de los responsables políticos de todo el mundo hacia la realización de un mundo pacífico y libre de armas nucleares.