En 1824 se fundó el primer comité de "lavanderas", hoy conocido como Comité de Señoras del Viejo Beuel de 1824. Las lavanderas de Beuel se reunían el "Kühndonnerstag", dejaban de trabajar y se quejaban de sus maridos con morisquetas y rimas divertidas. El año anterior, los hombres habían estado repartiendo la colada en el recién fundado Carnaval de Colonia y se habían largado con el dinero que acababan de ganar.
Esta tertulia de café, el "Klaaf", se ha consolidado hasta nuestros días y continúa en torno a la Weiberfastnacht como la tradicional "Wieversitzung". Poco a poco se fueron fundando cada vez más comités de señoras en los distintos pueblos de Beuel.
En aquella época, Beuel disponía de excelentes condiciones para el funcionamiento de lavanderías: Situado directamente a orillas del Rin, con amplias praderas en las orillas, sobre las que brillaba el sol por las tardes durante la mejor estación seca. Junto con la navegación por el Rin, el lavado era la industria más importante de la época. Más de 200 lavanderías tenían mucho trabajo, ya que la recién fundada Universidad de Bonn y la Universidad de Colonia permitían encontrar muchos clientes en la zona accesible a través del Rin.
Lavar era un trabajo de mujeres, sólo el reparto lo realizaban los hombres. Por ello, en la orilla derecha del Rin quedó claro desde el principio que las mujeres podían aportar una importante contribución a la sociedad, dirigir empresas con éxito y hacer valer sus derechos con confianza. La palabra "emancipación" nunca se pronunció, se vivió en las lavanderías de Beuel.
Por eso es comprensible que las mujeres no se quedaran mucho tiempo mirando cómo descarrilaban sus maridos y se declararan en huelga aquel día. Y como en Renania no hay otro camino, no silbaron ni insultaron: rieron y cantaron. Así que la Weiberfastnacht del jueves anterior al Rosenmontag es una invención de las lavanderas de Beuel.
Muchos años después, una idea fija se convirtió en una tradición que continúa hasta hoy: en 1958, se coronó por primera vez a una princesa de entre las sencillas lavanderas -sin príncipe acompañante, por supuesto-. En la Weiberfastnacht, la Wäscherprinzessin encabeza los disparates de Beuel junto con los Obermöhn y, como toda realeza "como Dios manda", asalta el ayuntamiento para hacerse simbólicamente con la regencia. La Princesa Lavandera de este año de aniversario, Sabrina I, procede del Comité de Damas del Viejo Beuel, que también celebra su 200 aniversario.